viernes, 26 de febrero de 2016

Nunca como humanos (Granja animal)


“En este país, la cobardía intelectual es el peor enemigo al que han de hacer frente periodistas y escritores en general.” George Orwell. La libertad de prensa.

Animal farm (Granja animal), Rebelión en la granja, para nosotros, hispanoparlantes latinoamericanos, condensa, en la versión digital traducida al español que conseguí (www.infotematica.com.ar), en una alegoría de 89 páginas, décadas de Historia. Tenemos claro que la idea de George Orwell, el autor de esta obra, era desenmascarar a Stalin y el régimen que impuso en la Unión Soviética, pervirtiendo los ideales iniciales del Comunismo.

Pero si uno se olvida de eso, aun mejor, si no lo llega a saber hasta después de leído el libro, encuentra que la fábula va mucho más allá; esta ficción de Orwell es reflejo de lo que, en todas las etapas históricas, ha sucedido cada vez que el ser humano ha intentado buscar una forma de organizarse comunitariamente. Siempre ha aparecido la figura del “caudillo” y de la clase dirigente, y éstos, como detentadores del poder, gozan de privilegios negados a la gran mayoría.

Hay algo que llama mi atención: Orwell hace énfasis en que son los más “inteligentes” quienes abusan de aquellos más tardos de entendimiento. Parece ser que la inteligencia humana está ligada a la perversidad humana. “El conocimiento es poder”, y quien tiene el poder hace lo que le da la gana con los demás. Mas ahí está el personaje del burro, quien es tan inteligente como los cerdos, pero su actitud nos deja con la duda: ¿es más inteligente o menos inteligente? Es un burro que sabe, que ha vivido, y la experiencia propia (y al parecer la transmitida por sus mayores) le ha impregnado el espíritu de cierto escepticismo y apatía; algo así como un estoico: “Únicamente el viejo Benjamín manifestaba recordar cada detalle de su larga vida y saber que las cosas nunca fueron, ni podrían ser, mucho mejor o mucho peor; el hambre, la opresión y el desengaño eran, así dijo él, la ley inalterable de la vida.”

Se plantea la injusta y cruel manipulación a los más ignorantes por quienes tienen más conocimientos, para beneficio de estos últimos. Así, los dueños del poder impiden que los ignorantes accedan al conocimiento, para seguirlos utilizando, y perpetuar sus privilegios.

Este sigue siendo nuestro anhelo, comunistas –capitalistas, anarquistas o nada de lo anterior–, esto es lo que la gran mayoría anhela: “Si ella misma hubiera concebido un cuadro del futuro, sería el de una sociedad de animales liberados del hambre y del látigo, todos iguales, cada uno trabajando de acuerdo con su capacidad, el fuerte protegiendo al débil, como ella protegiera con su pata delantera a aquellos patitos perdidos la noche del discurso de Mayor.” Lástima que los “líderes” tengan esa maldita capacidad de convencer y deformar, y cuando tienen el suficiente poder, imponer.

La lectura de este libro, abre los ojos. Es actual, porque muchos de los métodos que usan los cerdos de Granja animal los usan los gobernantes habidos y por haber. ¿Una muestra? La zozobra sembrada en Estados Unidos, el mal representado en la barbuda cara de Osama Bin Laden, la permanente “amenaza terrorista”. Todo esto es tan similar a la permanente advertencia que hacía Squealer: “Seguramente, camaradas, que ustedes no desean el retorno de Jones, ¿verdad?” La propaganda, el adoctrinamiento, la coerción…, todo esto se sigue implementando por los regímenes, sean estas solapadas dictaduras con sonrisa de democracia, de una clase privilegiada, o aquellas dictaduras absolutistas a las que no les interesa aparentar la forma de gobierno real. Al fin de cuenta, todos los gobernantes, de todos los sistemas políticos, posan sus culos sobre el pueblo, mientras alegan que lo hacen por el bien común.

Hasta que el hambre, la rabia y la indignación vuelvan a hacer la rebelión, y otro suba a dirigirla.

Domingo José Bolívar Peralta

26 de febrero del 2.016

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