martes, 19 de enero de 2016

Tras los rastros de un sueño varias veces soñado en sueños diferentes



Cuenta Samuel Taylor Coleridge, que se levantó para escribir un extenso poema que le fue revelado en un sueño. Dice que escribía los versos sin detenerse, en un arrebato extático, cuando tocaron a su puerta y tuvo que dejar el escritorio para atender al inoportuno visitante. Imagino que hizo cuanto pudo por despachar con decencia, de manera inadvertida, lo más rápido posible, a esa persona. Cuando el visitante se marchó, de inmediato el poeta corrió a su escritorio y se sentó, pero no pudo escribir un verso más.

Coleridge, se lamentó de haber perdido aquella extraña conexión. Intuía que el poema constaba de alrededor de 300 versos, pero sólo pudo escribir 54, al menos esa es la cifra en un documento en pdf que tengo a mano, donde se encuentra el poema en inglés y su traducción al español más un estudio del mismo hecho por la licenciada Marta Bertold. El poema se llama Kubla Khan.

Kublai Khan hizo construir su palacio real tal como se le reveló en un sueño, según un registro de este suceso encontrado en una obra del escritor persa Rashid el Din, que data del siglo 14,  y publicada en Francia hacia 1.836, 20 años después de la publicación del inconcluso poema del soñador inglés. No se sabe con certeza si Samuel Taylor Coleridge conoció o no esta leyenda.[1]

Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, vuelve al extraordinario palacio de Kublai Khan, quien junto con Marco Polo sostiene etéreas conversaciones sobre lugares de ensueño; llegándose a considerar a sí mismos personajes de un sueño. “Esto se cuenta de su fundación: hombres de naciones diversas tuvieron un sueño igual, vieron una mujer que corría de noche por una ciudad desconocida, la vieron de espaldas, con el pelo largo, y estaba desnuda. Soñaron que la seguían. A fuerza de vueltas todos la perdieron. Después del sueño buscaron aquella ciudad; no la encontraron pero se encontraron ellos; decidieron construir una ciudad como en el sueño”; Así escribió Italo Calvino sobre Zobeida, una de las ciudades que Marco Polo le refiere a Kublai Khan. Como dato curioso: las palabras sueño y sueños suman 20.

Pero estas ciudades invisibles de Calvino guardan, a mi juicio, relación con La ciudad abandonada a la cual llegó el multimillonario Gog. Escribió Giovanni Papini: “Nadie, en toda la Mongolia, ha querido decirme el nombre de la ciudad deshabitada. Pero con frecuencia, en Tokio, en San Francisco, en Berlín, vuelvo a verla como un sueño terrorífico, del cual, tal vez no se desearía despertar. Y me siento punzado por la nostalgia, por un gran deseo de volverla a ver.” Me llama la atención encontrar las palabras Mongolia (Kublai Khan fue un emperador de origen mongol) y sueño. Sin embargo, y se deba acaso a la personalidad de Gog (Papini), que en esta ocasión el sueño tenga un matiz pesadillesco y a la vez seductor; como si se tratase de un súcubo (o íncubo, vaya a saber uno de los más inconfesables sueños eróticos de Gog...).

Otro notable soñador, Jorge Luis Borges, especula en El sueño de Coleridge, que este sueño es la manifestación de un inmortal o longevo que “trabaja con almas de hombres que duermen y abarca continentes y siglos”, y agrega: “la serie de sueños y de trabajos no ha tocado a su fin.”

Yo prefiero creer, fantasear, que este sueño no necesita de un inmortal o longevo para ser; es como ese gato del cuento de Rudyard Kipling, que anda solo, con la diferencia que a este gato no le da lo mismo un soñador que otro. O quizá este sueño es un ámbito onírico al cual han llegado Kublai Khan, Samuel Taylor Coleridge, Italo Calvino, Giovanni Papini, el mismo Jorge Luis Borges y algunos otros que tal vez tuvieron una visita todavía más impertinente que aquella que privó al poeta inglés del resto del poema; o sí pudieron concluir una magnífica obra que se encuentra en el anonimato o no ha podido ser asociada con los trabajos previos de Khan y Coleridge.

Fuentes:


Kubla Khan, Coleridge y Borges. http://juliamorer.blogspot.com.co/

Kubla Khan o Una visión en un sueño. La interpretación de un mito en la Modernidad. Marta Bertold.

El sueño de Coleridge. Otras inquisiciones. Jorge Luis Borges.

Las ciudades invisibles. Italo Calvino.

Gog. Giovanni Papini.










[1] Según cuenta Jorge Luis Borges.

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