Cuenta Samuel Taylor Coleridge, que se
levantó para escribir un extenso poema que le fue revelado en un sueño. Dice
que escribía los versos sin detenerse, en un arrebato extático, cuando tocaron
a su puerta y tuvo que dejar el escritorio para atender al inoportuno
visitante. Imagino que hizo cuanto pudo por despachar con decencia, de manera
inadvertida, lo más rápido posible, a esa persona. Cuando el visitante se
marchó, de inmediato el poeta corrió a su escritorio y se sentó, pero no pudo
escribir un verso más.
Coleridge, se lamentó de haber perdido
aquella extraña conexión. Intuía que el poema constaba de alrededor de 300
versos, pero sólo pudo escribir 54, al menos esa es la cifra en un documento en
pdf que tengo a mano, donde se encuentra el poema en inglés y su traducción al
español más un estudio del mismo hecho por la licenciada Marta Bertold. El
poema se llama Kubla Khan.
Kublai Khan hizo construir su palacio real
tal como se le reveló en un sueño,
según un registro de este suceso encontrado en una obra del escritor persa
Rashid el Din, que data del siglo 14, y
publicada en Francia hacia 1.836, 20 años después de la publicación del
inconcluso poema del soñador inglés. No se sabe con certeza si Samuel Taylor
Coleridge conoció o no esta leyenda.[1]
Las
ciudades invisibles, de Italo Calvino, vuelve al
extraordinario palacio de Kublai Khan, quien junto con Marco Polo sostiene
etéreas conversaciones sobre lugares de ensueño; llegándose a considerar a sí
mismos personajes de un sueño. “Esto se cuenta de su fundación: hombres de
naciones diversas tuvieron un sueño igual, vieron una mujer que corría de noche
por una ciudad desconocida, la vieron de espaldas, con el pelo largo, y estaba
desnuda. Soñaron que la seguían. A fuerza de vueltas todos la perdieron.
Después del sueño buscaron aquella ciudad; no la encontraron pero se
encontraron ellos; decidieron construir una ciudad como en el sueño”; Así
escribió Italo Calvino sobre Zobeida,
una de las ciudades que Marco Polo le refiere a Kublai Khan. Como dato curioso:
las palabras sueño y sueños suman 20.
Pero estas ciudades invisibles de Calvino
guardan, a mi juicio, relación con La
ciudad abandonada a la cual llegó el
multimillonario Gog. Escribió
Giovanni Papini: “Nadie, en toda la Mongolia, ha querido decirme el nombre de la ciudad
deshabitada. Pero con frecuencia, en Tokio, en San Francisco, en Berlín, vuelvo
a verla como un sueño terrorífico, del cual, tal vez no se desearía despertar.
Y me siento punzado por la nostalgia, por un gran deseo de volverla a ver.” Me
llama la atención encontrar las palabras Mongolia (Kublai Khan fue un emperador
de origen mongol) y sueño. Sin embargo, y se deba acaso a la personalidad de
Gog (Papini), que en esta ocasión el sueño tenga un matiz pesadillesco y a la
vez seductor; como si se tratase de un súcubo (o íncubo, vaya a saber uno de
los más inconfesables sueños eróticos de Gog...).
Otro notable soñador, Jorge Luis Borges,
especula en El sueño de Coleridge,
que este sueño es la manifestación de un inmortal
o longevo que “trabaja con almas
de hombres que duermen y abarca continentes y siglos”, y agrega: “la serie de
sueños y de trabajos no ha tocado a su fin.”
Yo prefiero creer, fantasear, que este
sueño no necesita de un inmortal o
longevo para ser; es como ese gato del cuento de Rudyard Kipling, que anda solo, con la diferencia que a
este gato no le da lo mismo un
soñador que otro. O quizá este sueño es un ámbito onírico al cual han llegado
Kublai Khan, Samuel Taylor Coleridge, Italo Calvino, Giovanni Papini, el mismo
Jorge Luis Borges y algunos otros que tal vez tuvieron una visita todavía más
impertinente que aquella que privó al poeta inglés del resto del poema; o sí
pudieron concluir una magnífica obra que se encuentra en el anonimato o no ha
podido ser asociada con los trabajos previos de Khan y Coleridge.
Fuentes:
Eso que escuchamos antes
de dormir (y que pocos se atreven a traducir). El Espejo Gótico. http://elespejogotico.blogspot.com
Kubla
Khan, Coleridge y Borges. http://juliamorer.blogspot.com.co/
Kubla Khan o Una visión en un sueño. La
interpretación de un mito en la Modernidad. Marta Bertold.
El sueño de Coleridge. Otras inquisiciones.
Jorge Luis Borges.
Las ciudades invisibles. Italo Calvino.
Gog. Giovanni Papini.
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