domingo, 29 de marzo de 2015

A los lectores, escritores y lectores-escritores.

He terminado de leer la revista Latitud del diario El Heraldo (Barranquilla) del día de hoy (29 de marzo de 2.015). Casi no lo hago por esa presentación semejante a La Atalaya o Despertad; sin embargo, pudo más la curiosidad de lector.

A lo que voy es a esto: La palabra tiene poder, pero debemos desacralizarla, para no tragar entero. 

A esta conclusión, no nueva, por supuesto, llego luego de ver con qué salieron en esa revista: psicología de la felicidad, dios amoroso que nada exige sino que le creas y le sigas totalmente convencido "desde tu corazón". Al menos hizo contrapeso lo que concierne a la teoría de Viktor Frankl, y me entretuvo lo de la restauración en Pompeya.

En fin, Ramón Illán Bacca es un bizco que ve muy bien. Se tolera que el señor Grey se la haya introducido a su sobrina-nieta y muchas personas más, siempre que no se queden en ese tipo de lecturas, sino que avancen hacia obras más pulidas y profundas. Que no se queden en el "Todas mis amigas se la han leído, no podía quedarme sin saber el tema del momento", sino trascender al tema del momento, superarlo.

Una preocupación ha subido de un salto muchos escalones en la escalera de la incertidumbre, luego de leer esta divertida anécdota de Ramón Illán Bacca: ¡En Isabel López está mi pequeña biblioteca, mis libros expuestos al alcance de cualquier mano, y lo peor, hay varios que aún no he leído!

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